Change is the only constant

Aprendes a estar, a quedarte, a no cambiar de opinión, a casarte con pareja, trabajo y hasta con un piso que no sabes si podrás pagar... Pero ésta parece ser la única incerteza que no te trastoca.

Aprendes a plantar, pero no a fluir. Aprendes de líneas rectas, de pocas curvas. Aprendes sobre lo que conoces. Al final, sin querer sólo te gusta lo que no se mueve, lo firme, lo poco preparado para terremotos y vientos que despeinan. Aprendes sobre la felicidad como estado inamovible, como si pudieras perpetuar algo… Como si fuéramos tan grandes como para tener algo de eso en nuestra mano.

Aprendes de orden, de lo que va antes y de lo que va después. Y aunque te desordenes tú sola, te cuesta perdonarte por no seguir el patrón. Aprendes de cuentos de hadas, de dependencias, aprendes de felices para siempre, de comieron perdices y de vete a saber qué más.

Cuando abras los ojos verás… aprenderás del carpe diem, del aquí y del ahora, pero sobre todo del hoy. Aprenderás de adaptarte, de subirte a la ola o que te lleve y te ahogues. Aprenderás de turbulencias, de incertidumbre, de no saber. Aprenderás que incluso el que cree que sabe vive en el cambio, pero aprenderás que tú ya te has dado cuenta. Aprenderás que se hace raro andar perdido y mirarás raro al que parece que sabe dónde va. Y ya nunca jamás podrás dejar de preguntarte, ¿Y cómo lo sabe?